La crisis económica de la Unión Europea: ¿Complejo de Saturno o Síndrome de Estocolmo? Parte II (página 2)
Mientras países como Estados Unidos,
Japón, Francia y Alemania retomaron la senda del
crecimiento en el tercer trimestre del año pasado, Gran
Bretaña cayó 0,3% y pasó a ser el
último de los integrantes del Grupo de los 20 en superar
la recesión. Los economistas prevén una
expansión de 0,9% el año próximo, frente a
2,2% en EE.UU. y un promedio de 0,7% en la Unión
Europea.
A pesar de la divulgación de algunas cifras
positivas, muchos economistas temen que Gran Bretaña quede
rezagada durante años mientras el gobierno y los
consumidores se ajustan el cinturón. Un vocero del
Ministerio de Finanzas, no obstante, afirma que algunos
economistas, incluidos los del Fondo Monetario Internacional,
creen que el crecimiento británico excederá al de
otras grandes economías en 2010 y que el país
continúa "comprometido con finanzas públicas
sostenibles".
El control del déficit fiscal será un tema
decisivo en las elecciones programadas para mayo y los dos
grandes partidos, el Laborista y el Conservador, prometen medidas
duras.
La primera semana de enero, el gobierno laborista
detalló medidas para reducir a la mitad el déficit
para 2014, pero postergó los grandes recortes hasta que el
crecimiento cobre impulso. El opositor Partido Conservador ha
prometido una "era de austeridad".
La medicina será amarga quien quiera que gane.
Bank of America Merrill Lynch estima que retirar las medidas de
estímulo económico conducirá a una
pérdida de alrededor de 2 puntos porcentuales del PIB en
2010. En cada uno de los cinco años siguientes, Gran
Bretaña tendrá que reducir el gasto público
o aumentar los impuestos en una suma igual al 0,5% del PIB para
ordenar sus finanzas, señala el informe.
Es probable que los efectos de estos recortes repercutan
con fuerza en áreas como la que rodea a Birmingham,
conocida como "el País Negro" gracias a su historial de
industrias que funcionan a carbón.
El desempleo de esta zona, conocida como West Midlands,
llegó a 10,1% en octubre, el último mes del cual
hay datos disponibles, y excedió el promedio
británico de 7,8%. A pesar de que la crisis de
crédito partió en centros financieros como Londres,
los sectores cíclicos como la manufactura -que sigue
siendo un importante empleador en la zona- se han visto muy
perjudicados.
Para los partidos Laborista y Conservador, la
región también reviste otro significado. De los
aproximadamente 135 escaños que harían falta para
que la actual mayoría laborista se transforme en una
mayoría conservadora en las próximas elecciones, 30
se encuentran en West Midlands.
Ladywood, un distrito céntrico de Birmingham,
marcó un hito de la recesión en enero del
año 2009 cuando se convirtió en la primera zona en
la que el desempleo tocó el 10%; ahora es de
16,7%.
Ladywood, sin embargo, mantuvo las apariencias gracias
al robusto gasto del gobierno. Sus cuadras de viviendas
públicas construidas en los años 60 tienen pocos
grafitis o basura y se intercalan con áreas verdes bien
cuidadas.
Esto refleja la generosidad del gobierno desde que el
Partido Laborista del primer ministro Gordon Brown llegó
al poder en 1997. El gasto fiscal como porcentaje del PIB
aumentó de 38,2% a 47,3% del PIB el año pasado,
según Eurostat, la agencia de estadísticas de la
UE. Algunos analistas estiman que podría alcanzar 50% del
PIB en 2010. En la UE, fue de un promedio de 46,8% el año
pasado y en EEUU fue de 20,7%.
Ya comenzó una rueda inicial de frugalidad,
afirma Colin Hughes, concejal de Ladywood. En 2010, el
ayuntamiento de Birmingham recibirá un 5% menos que este
año del gobierno central. En las reuniones de concejales
ya no se sirven galletas ni se imprimen copias de la agenda. La
idea de publicar un diario mensual del ayuntamiento fue archivada
y las autoridades consideran cerrar un campo municipal de
golf.
"Es sólo el comienzo y durante los
próximos tres o cuatro años, se verán
recortes en partidas de gastos importantes como asistencia social
y salud", indicó Hughes.
Otro problema, aquí y a lo largo de Inglaterra es
que a pesar de que el gobierno inyectó 76.200 millones de
libras para rescatar a dos importantes bancos, entre otras
medidas, el crédito bancario no se ha recuperado. A fines
del mes pasado, el Banco de Inglaterra reportó que los
préstamos a empresas se contrajeron en 4.600 millones en
septiembre, el octavo mes consecutivo de declive.
Al igual que el gobierno, los bancos tienen sus propios
problemas de deuda. Para cumplir los estándares
internacionales de capital, los bancos británicos
aún deben levantar el equivalente a 5,5% del PIB del Reino
Unido para fines de 2010, según cálculos del FMI.
En el caso de los bancos de EEUU, la suma es de alrededor del 1%
del PIB.
"La economía de la primera potencia mundial
acaba la primera década del milenio en una
situación peor que la registrada en el año 2000.
Tras dos recesiones en 10 años, la creación de
empleo ha sido nula. Por el contrario, los países
más pobres han avanzado de forma significativa"… La
década de 2000: negra para EEUU, dorada para las
economías emergentes (Libertad Digital –
14/1/10)
Según datos publicados por el Washington Post, la
economía estadounidense ha acabado la primera
década del nuevo milenio peor de lo que estaba a su
inicio.
Es la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que el
país no registra un crecimiento del empleo al acabar la
década.
Entre 2000 y 2009 la creación de empleo ha sido
nula. El modesto aumento entre 2003 y 2007 no ha compensado la
reducción causada por las dos recesiones que ha sufrido el
país.
El aumento del Producto Interior Bruto (PIB) ha sido
discreto, y la riqueza neta de los hogares (activos menos deudas)
ajustada a la inflación es menor que al principio de la
década, al bajar el precio de la vivienda y subir la deuda
de los consumidores.
En la década de los 40 el empleo aumentó
un 38%, en la década de los 50 aumentó un 24%, en
la década de los 60 aumentó un 31%, en la
década de los 70 lo hizo un 27%, en la década de
los 80 volvió a aumentar un 20%, y en la década de
los 90 otro 20%. En la década de 2000 el crecimiento ha
sido de 0%.
Cabe matizar que la década sale especialmente mal
parada por el hecho de comprender, justo al principio y al final
del período, dos crisis muy duras: el estallido de la
burbuja puntocom, y el estallido de la burbuja de la
vivienda.
Pero no ha sido una década perdida para todo el
mundo. Los países más pobres o en vías de
desarrollo han experimentado una importante mejora. Como destaca
el economista Tyler Cowen en su balance para el New York Times,
los cuatro países más poblados del planeta (dejando
a un lado Estados Unidos) han registrado un crecimiento
económico notable. China e India han crecido a un ritmo
vertiginoso.
El analista Allister Heath, en un artículo
titulado Asian nations laugh at our incompetence ("Las naciones
asiáticas se ríen de nuestra incompetencia"),
contrapone el crecimiento previsto de las economías
emergentes al de los países occidentales en 2010. Heath
cita al economista del HSBC Stephen King, que pronostica un
crecimiento del 6,2% para los economías emergentes (un
9,5% en el caso de China), y un exiguo crecimiento del 1,9% para
las economías más ricas.
La economía global se concentra más
alrededor de China, y el crecimiento de las economías
emergentes ya no está alimentado únicamente o
incluso principalmente por el consumo de Estados Unidos y Europa.
Heath apunta que el flujo comercial entre economías
emergentes ha aumentado, y China fue en 2009 el principal
exportador del mundo, desplazando a Alemania.
"Al comenzar el año, imperaba un consenso: la
deuda a largo plazo del Tesoro de Estados Unidos sería una
de las inversiones menos productivas de 2010. Unas semanas
después, algunos inversionistas comienzan a
reconsiderarlo"… Un refugio seguro cuando hay turbulencias
(The Wall Street Journal – 8/2/10)
En momentos en que Grecia está en aprietos y la
situación amenaza con extenderse por toda Europa, los
bonos del Tesoro estadounidense se vuelven a beneficiar de su
estatus de refugio seguro. Los precios de la deuda del Tesoro se
dispararon la semana pasada, lo que provocó un descenso en
las tasas de interés, o rendimientos. A última hora
del viernes en Nueva York, los bonos a 10 años
rendían 3,55%, su nivel más bajo desde el 17 de
diciembre.
Aunque el riesgo de una cesación de pagos de
Grecia o cualquier otro deudor soberano sigue siendo bajo, la
situación sirve como un recordatorio de la fragilidad de
la recuperación de la economía global.
A medida que se extienden los temores, los
inversionistas abandonaron activos de riesgo como bonos europeos
y el euro y optaron por el dólar y la deuda soberana de
EEUU. Si la tendencia continúa, podría ser una
buena noticia para el gobierno de EEUU en momentos en que busca
financiar su déficit fiscal récord.
"Durante los próximos meses, si se agrava el tema
del riesgo soberano, creo que los bonos del Tesoro de EEUU de
hecho podrían beneficiarse", afirmó el estratega de
renta fija de Barclays Capital en EEUU, Amrut Nashikkar. Los
temores sobre deuda soberana coincidieron con renovadas dudas
sobre la fortaleza de la recuperación económica
estadounidense, que también contribuyeron al descenso en
los retornos de los bonos de Tesoro. El motivo es que una
economía más débil aliviaría los
temores de un brote inflacionario.
La mayoría de los observadores cree que se trata
de preocupaciones a corto plazo. Afirman que la creciente deuda
fiscal de EEUU y el fortalecimiento de la economía
debilitarán los precios de los bonos del Tesoro. Los
optimistas, sin embargo, señalan que los rendimientos
probablemente alcancen un máximo de 4%. Divisan un repunte
anémico, con un alto riesgo de una recaída, en
momentos en que los consumidores y los gobiernos en EEUU y otros
lugares intentan reducir su deuda.
"Se producirá una gran oportunidad de compra
alrededor del 4% para el rendimiento a 10 años", dice Dave
Chappell, gestor de portafolio de Threadneedle Asset Management
en Londres, que tiene alrededor de US$ 90.000 millones bajo su
tutela. "Sugeriría que quienes buscan retornos más
altos se desilusionarán", añadió.
El Departamento del Tesoro de EEUU colocará US$
81.000 millones en la primera semana de enero y se planean
subastas de deuda a 3, 10 y 30 años.
– Así funciona el círculo de la
especulación (El Economista – 8/2/10)
(Por Pedro Calvo) Lectura recomendada
1. Los inversores detectan una grieta o debilidad
económica, empresarial, financiera o cambiaria y tratan de
sacar provecho de ella. En la actualidad, los desequilibrios de
las cuentas públicas y las dudas acerca de que se corrijan
han actuado como 'mecha' de la maquinaria
especuladora.
2. Para sacar partido de la situación los
especuladores venden la deuda pública española ya
existente en el mercado y compran paralelamente seguros contra el
impago (CDS) de España y deuda más segura (en este
caso a Alemania).
3. Las ventas de bonos provocan que el rendimiento suba,
con lo que presionan al alza para que el Tesoro emita
títulos que ofrecen unos intereses mayores; así se
benefician de la jugada al cambiar bonos "malos", los que ya
existían y pagaban unos intereses más bajos, por
"buenos", los nuevos que pagan unos intereses más
altos.
4. El repunte del rendimiento y los problemas del Tesoro
para colocar deuda provocan que suban los precios del CDS y de
los bonos alemanes, con lo que vuelven a ganar dinero con la
operación inicial.
5. Los efectos de la operativa disparan el riesgo
país, con lo que automáticamente se encarece la
financiación del Estado y las empresas, consecuencias que
propagan el impacto a las bolsas.
6. Este movimiento sirve de reclamo para atraer a otros
especuladores, centrados en la renta variable, que toman
posiciones cortas para beneficiarse de las caídas acusadas
por el revuelo de la deuda pública; la inercia de la
maquinaria especulativa se refuerza.
7. La desconfianza generada por el repunte de los
intereses de la deuda pública y del CDS, las dificultades
del Tesoro para emitir títulos y las caídas
bursátiles retroalimentan la rueda especuladora e
incrementan los rendimientos derivados de ella.
8. Las autoridades suelen responder atacando a los
especuladores y culpándoles de todos los males; lejos de
amilanarse, los inversores interpretan que esa crítica
avala su estrategia y refuerzan su operativa.
"Tras una semana en la que los europeos hemos sido
el centro de atención mundial, el mundo continúa
girando alrededor del sol. Los chinos siguen intentando contralar
el exceso de liquidez y han vuelto a aumentar el coeficiente de
reservas bancario.
El crédito bancario en China modera su
crecimiento pero siguió aumentando próximo al 30%
anual por lo que aún hay margen para normalizar su tasa a
su promedio de la última década y por lo tanto la
política monetaria está aún muy lejos de ser
restrictiva.
Las agencias de calificación por fin han
amenazado a EEUU y a Reino Unido, advirtiéndoles que o
toman medidas contundentes para retornar a la estabilidad
presupuestaria o su AAA está en cuestión. Pero lo
más interesante de la pasada semana ha sido el testimonio
de Bernanke en la Comisión Bancaria del Senado"…
EEUU y el espejo griego (Expansión –
15/2/10)
La Fed sigue definiendo su estrategia de salida y
Bernanke añadió otra novedad importante.
Explicó a los senadores la introducción de
la facilidad de depósito por la que remunerará el
exceso de reservas de los bancos, al igual que lo hace el BCE, e
informó que ya han experimentado el drenaje de liquidez
por repo inverso, similar también a las subastas de
drenaje que realiza ocasionalmente el BCE, y ha funcionado con
éxito por lo que el arsenal para normalizar su base
monetaria ya está preparado.
Pero Bernanke sorprendió con el anuncio
explícito por el que la Fed procederá a transformar
el exceso de reservas de depósitos a la vista a
certificados a plazo, lo cual es una señal
inequívoca de su estrategia futura. Con este cambio, la
Fed limita los riesgos de que las entidades decidan transformar
toda esa liquidez en crédito y asistamos a una salida
inflacionistas de la crisis. Es cierto que las entidades pueden
vender sus certificados en el mercado y hacerlos líquidos
pero entonces habría un efecto trasvase de la liquidez del
sistema y limitaría el potencial inflacionista del
mismo.
Pero un análisis detallado del balance de la Fed,
ayudará a entender mejor la medida. En el gráfico 1
se puede observar cómo el tamaño del balance
más que se ha duplicado desde la quiebra de Lehman pero
todo el aumento se debe al exceso de reservas que los bancos
mantienen en la Fed. Excluyendo el exceso de reservas, la base
monetaria tan sólo ha aumentado un 10% desde entonces, por
lo que EEUU sigue en la trampa de la liquidez, ya que a pesar de
que Bernanke ha emulado al helicóptero de Friedman, el
dinero sigue embalsado en el sistema bancario sin llegar con
normalidad a empresas y familias por los canales del
crédito que continúan obstruidos.
Pasivo de la Fed. Fuente: Federal Reserve
Pero donde si ha habido cambios significativos es en el
activo, cómo se puede observar en el gráfico 2.
Desde la quiebra de Lehman, la Fed ha comprado al Tesoro deuda
por valor de 300.000 millones de dólares, 165.000 a las
agencias nacionalizadas Fannie y Freddie, por lo tanto
también es deuda pública, un billón en
titulizaciones, la mayoría de ambas agencias y por lo
tanto también es deuda pública.
Activo de la Fed. Fuente: Federal Reserve
Si los bancos deciden reducir su posición
estructural en liquidez, cuando la Fed comience a
instrumentalizar su estrategia de salida, la autoridad monetaria
se vería obligada a vender activos en mercado por lo que
activaría de nuevo la deflación de activos,
descapitalizaría a los bancos y provocaría la
temida W.
Por lo tanto, Bernanke, con buen criterio, anuncia una
normalización lenta y gradual de su balance para permitir
que el sistema bancario se recapitalice orgánicamente,
normalice el crédito y acaben las presiones deflacionistas
que siguen amenazando a la economía
estadounidense.
Las titulizaciones, a diferencia de la deuda
pública, se amortizan mensualmente con las cuotas de los
préstamos hipotecarios que contienen por lo que
ayudará a reducir el balance de la Fed gradualmente. Buena
parte de la deuda pública y de agencias es a corto plazo y
vence por lo que con no renovar el principal también
disminuirá el balance.
Tanto la estrategia cómo los instrumentos
están bien diseñados y la Fed ha demostrado que
tienen la experiencia suficiente para implementarla con
éxito, pero eso no significa que vayan a acertar con el
sendero crítico en cada momento y que el impacto sobre los
mercados y sobre la economía real vaya a ser
neutral.
La administración Obama mantiene un
déficit público del 10% para este año por lo
que sus necesidades de financiación aumentarán en
esa proporción y la Fed ya no será el principal
comprador en sus subastas, por lo que tan sólo el hecho de
dejar de monetizar deuda tendrá un impacto negativo sobre
los tipos de interés a largo plazo. Bien es cierto, que el
diseño de estrategia de salida permitirá a la Fed
seguir controlando los tipos a corto y que la pendiente de la
curva de tipos está en máximos históricos
por lo que mantiene su capacidad para controlar los tipos de
largo plazo y evitar una crisis de la deuda cómo
sucedió en 1994. Sólo una sorpresa de
inflación podría dar al traste con la estrategia,
pero en EEUU la inflación "ni está, ni se la
espera" por algún tiempo, por lo que la Fed dispone de
mucho margen de maniobra.
"El problema es que si controlas los tipos de
interés y mantienes excedido el sistema de liquidez, el
ajuste monetario lo acabará haciendo el dólar, por
lo que mantenemos un escenario de debilidad del billete verde en
los próximos años, hasta que este proceso de
normalización vaya finalizando"…
EEUU sigue siendo el líder de productividad e
innovación mundial y el dólar es la moneda de
reserva internacional, por lo que no es ni comparable al caso
griego. Pero, los estadounidenses harían mal en no sacar
lecciones de la crisis de la deuda en Europa. Los inversores
están preocupados por las ingentes necesidades de
financiación de los tesoros y los EEUU van a tener muchos
problemas para financiar su deuda pública que si sumas a
Fannie y Freddie se aproxima al 100% de su PIB y es muy similar a
la griega.
El Reino Unido está en una situación
financiera similar a la estadounidense, pero ni son el
líder mundial en productividad e innovación ni la
libra es moneda de reserva, por lo que la obsesión de los
medios y la sociedad británica contra el euro, y la
campaña electoral, hace que las perspectivas para Gran
Bretaña sean muy preocupantes.
"¿Se imagina usted que gana 5.500 euros a la
hora? Tenga en cuenta que no es por cada hora de trabajo, sino
por cada hora del día. O sea, también cuando
duerme. Cuando come. Cuando está en la ducha. Y cuando
nada en la playa junto a su mansión en los Hamptons, la
zona de Nueva York en la que veranean los millonarios de Wall
Street. Ahora, pongámoslo un poco más
difícil: ¿Se imagina ganar eso durante 12 meses
consecutivos?"… "Enemigos" del euro: así son,
así actúan (El Mundo – 14/2/10)
Probablemente, no. Pero ese dinero, es decir 2.913
millones de euros, es lo que ganó en 2008 John Paulson, el
fundador y gestor del hedge fund Paulson & Co. En ese
año, su fondo, que hasta entonces había tenido un
comportamiento mediocre, ganó 10.900 millones de euros.
Más que el PIB de Bolivia, un país de 10 millones
de habitantes.
Ahora, Paulson es uno de los tiburones financieros que
está detrás del ataque contra la deuda griega,
portuguesa y española de las últimas dos semanas.
Es, sin embargo, muy complicado saber cuál es su verdadera
parte de culpa del desplome del euro y la subida del precio de la
deuda española. Los hedge funds no están regulados,
y nadie sabe lo que decide Paulson en su oficina en la esquina de
la calle 57 y la Avenida de Madison, en Manhattan, desde la que
se ve una de las pistas de patinaje de Central Park, y cuyas
paredes están adornadas con originales del pintor y
escultor Sandy Calder.
Otro "especulador" es Brevan Howard, el mayor hedge fund
de Europa, dirigido por Alan Howard, un hombre que bate records
de discreción en un sector caracterizado por su nula
transparencia.
También podría haber actuado Moore
Capital, gestionado por Louis Moore Bacon, cuñado de uno
de los pioneros del sector de los hedge funds, Julian Robertson,
el hombre que, con su ataque especulativo contra el baht
tailandés en 1998, desencadenó la crisis que
provocó la suspensión de pagos de Rusia y Corea del
Sur y llevó al mundo al mayor cataclismo financiero hasta
el estallido de la crisis subprime. Una crisis que fue
precisamente la que permitió a Paulson aquel año
dorado de 5.500 euros a la hora.
Cómo invierten
Los hedge funds son fondos de inversión de alto
riesgo. Su principal característica es que están
exentos de restricciones a la hora de invertir, a diferencia de
los fondos tradicionales. Además, buscan obtener
rentabilidad en cualquier momento del mercado, incluso cuando
éste cae, por lo que su riesgo es mucho mayor y, por ello,
generalmente están reservados a inversores con alta
cualificación y patrimonio.
Los fondos que están, supuestamente, llevando a
cabo estos ataques contra el euro suelen ser denominados macro,
porque su estrategia se basa en seguir los grandes
acontecimientos de la macroeconomía mundial, en
contraposición a otros, como los "direccionales" (que
invierten en Bolsa), los especializados en renta fija o variable
o los fondos de fondos (como los famosos feeders que
invertían el dinero de sus clientes en el fondo de Bernard
Madoff).
Otra característica de estos vehículos es
el apalancamiento, una forma educada de decir hipoteca hasta las
cejas. Un hedge fund normal puede operar con unos activos que
suponen 10 veces su base de capital. O sea, que por cada
millón que recibe de los inversores, obtiene,
endeudándose, otros 10. En ese contexto, una caída
del 10% del valor de los activos del fondo lo deja sin base de
capital, es decir, en quiebra. En esta industria, ganar 5.555
euros a la hora es casi tan fácil como
perderlos.
En el mes de enero, estos fondos han tomado posiciones
en divisas a través de contratos de futuros, unos
instrumentos derivados que permiten ganar dinero tanto si una
moneda sube como si baja. En este caso concreto, los inversores
han negociado cerca de 6.000 millones de euros a través de
40.000 ventas de futuros, según las cifras del Chicago
Mercantil Exchange (CME) que recogía esta semana Financial
Times.
Aunque este dato es sólo una pequeña parte
del total negociado en el último mes, ya que existen otras
muchas plataformas de negociación a las que, por cierto,
concurren no sólo especuladores, sino también
bancos centrales, bancos comerciales y Gobiernos. Según
varios brokers consultados, sólo en la segunda semana de
febrero la venta de euros a través de estos derivados ha
superado con creces los 100.000 millones.
El mercado de divisas por excelencia es el Foreign
Exchange (Forex), que, posiblemente, es también el centro
de negociación financiera más grande del mundo, con
un volumen diario de tres billones de dólares. A
diferencia de otros mercados, como la Bolsa o el de renta fija,
el Forex no está organizado. Es decir, es una especie de
conexión virtual entre miles de agentes económicos
que comparten a través de un sistema electrónico
intercambios billonarios de divisas.
Contra quién especulan
No sería del todo correcto decir que estos fondos
están invirtiendo "contra el euro", puesto que siempre que
se vende una divisa, se hace en referencia a su par. Por ejemplo,
puede negociarse un contrato de euro-dólar, de
dólar-yen o de libra-franco suizo, pero nunca de una sola
moneda. Francisco López, especialista en divisas de
X-Trade Brokers añade que "cuando una divisa baja siempre
sube su contraria, por lo que en vez de decir que se está
apostando contra el euro, podría hablarse de apostar a
favor del dólar".
El mecanismo para negociar monedas requiere de un
profundo conocimiento del mercado y disciplina. Si, por ejemplo,
el euro cotiza a 1,3670 dólares y el inversor cree que va
a caer, venderá un contrato de futuros a ese precio. Con
ello, se compromete a vender euros a ese cambio en una fecha
futura determinada. El inversor ganará si, para entonces,
el euro está por debajo (puesto que está vendiendo
más caro algo que vale menos). Pero si ocurre lo
contrario, las pérdidas pueden ser ilimitadas. Soledad
Pellón, analista de IG Markets, recuerda que en muchos
casos estas operaciones no tienen un carácter
especulativo, sino que son utilizados por empresas y bancos para
cubrirse ante el riesgo de depreciación de una
divisa.
La cuestión es que cuando estos gestores
invierten, lo hacen con volúmenes enormes de dinero. Eso
convierte a esta gente en creadores de mercado más que en
meros inversores. Si todas sus operaciones apuntan en una
dirección, arrastran al resto de inversores a hacer lo
mismo. Y así se desploma cualquier mercado.
Además, si alguna vez ha habido un ataque real a
una moneda, es el que protagonizó George Soros en 1992 con
su fondo Quantum. Ante la recesión que padecía
Reino Unido, se endeudó en 15.000 millones de euros para
tomar posiciones de compra en dólares y de venta en
libras. Posteriormente, aireó su creencia de que la libra
iba a ser devaluada, provocando una oleada de ventas de esa
moneda. El inversor húngaro logró unas
plusvalías de 800 millones de euros con esa jugada y
provocó, además, que Gran Bretaña gastara
inútilmente 50.000 millones para vender dólares y
tratar de estabilizar su divisa. Soros, por cierto, es otro de
los que ahora está vendiendo euros para beneficiarse de su
caída frente a otras monedas internacionales.
Las posiciones en divisas representan sólo una
parte de lo que estos fondos de alto riesgo invierten
diariamente. Por ejemplo, entre 2005 y 2008, Paulson
compró masivamente Credit Default Swaps (CDS), en esencia
seguros contra la suspensión de pagos de los bonos basados
en hipotecas. Era una estrategia muy arriesgada. Si esos bonos
suspendían pagos o si se reducía su solvencia, como
Paulson esperaba, podía ganar la fortuna que ganó.
Pero si la burbuja no explotaba a tiempo, su hedge fund
podía hundirse en pérdidas, y los inversores
acabarían retirando su dinero.
Y el margen era escaso, porque los hedge funds siempre
están al borde de la ruina o de la lluvia de millones. Por
de pronto, sus comisiones son astronómicas. Normalmente,
se guían por la regla 2-20. Eso significa que cada
año cobran el 2% del capital invertido más el 20%
de las plusvalías de la inversión. Pero algunos de
ellos han llegado a cargar a sus clientes hasta la mitad de la
revalorización de sus carteras.
Con semejantes comisiones se explica que, por ejemplo,
James Simons, gestor de Renaissance Technologies, ganara en 2008
más de 1.600 millones de euros gracias al desplome de la
banca. Y la lista de especuladores millonarios que se han hecho
de oro con la crisis financiera continúa con otros nombres
como John Arnolds o Raymon Dalio. Para hacerse una idea, con el
beneficio del Santander en 2009 -8.943 millones de euros –
sólo se podría pagar el sueldo de los 7 mejores
gestores de hedge funds del año 2009.
Aún así, el mito de estos gurús
financieros con pocos escrúpulos también tiene una
gran parte de sonados fracasos. Según los datos que ofrece
la propia industria, cerca del 15% de los hedge funds que se
crean terminan desapareciendo al año siguiente. Muchos de
ellos, además, lo hacen con pérdidas millonarias,
como Long Term Capital Management (LTCM), el hedge fund
más grande la Historia, con una inversión de
más de 100.000 millones. La Reserva Federal tuvo que
rescatarlo y en 2000 fue liquidado sin que sus partícipes
recuperaran toda la inversión. Curiosamente, el fracaso de
este fondo se debió a una mala inversión en deuda
pública. Sólo que no era ni griega ni
española, sino rusa.
Cómo son
A pesar de la imagen de tiburones multimillonarios que
se han ganado, no todos los gestores estrella de hedge funds
tienen en su garaje un Ferrari o visten los trajes más
exclusivos. Entre otras cosas porque el coche que conducen puede
resultar definitivo para que un inversor con varios millones de
euros decida confiarles su dinero.
Uno de los gestores más reputados de
España reconoce que muchos clientes preguntan qué
coche tiene antes de decidir si se invierte o no en su fondo: "Es
una pregunta típica que sirve para hacerse una idea de tu
estilo de inversión. Obviamente, si conduces un Ferrari
pensarán que eres un gestor más agresivo que si
tienes un Renault".
También sorprende la procedencia profesional de
muchos de ellos. John Carlson, gestor de Fidelity Emerging Market
Debt era meteorólogo antes de dedicarse a la
inversión y Evan Dick, de la firma Highbridge, se dedicaba
al surf cuando fue reclutado para la firma de
inversión.
Pero en cierto modo todos guardan ciertas
características comunes y algún tipo de
extravagancia. En su libro Hedgehogging, Barton Biggs les
describe como "obsesivos y maniáticos" y cita algunos
ejemplos singulares, como el de un gestor de la firma Henderson
que utiliza siempre la misma ropa para trabajar. ¿El
motivo? "No hay tiempo para distraerse con decisiones
absurdas".
Ricos y especuladores
George Soros
El enemigo de la libra. No es la primera vez que el
inversor húngaro George Soros aprovecha la caída de
una moneda para enriquecerse. Antes de apostar contra el euro, lo
hizo con la libra en una jugada especulativa que le
reportó unos 800 millones de plusvalías.
John Paulson
5.550 euros a la hora. El gestor de Paulson & Co.
ganó en 2008 más de 2.000 millones invirtiendo a
favor de la caída de los bancos. Ahora, su fondo es uno de
los más activos en la negociación contra el euro.
Ocupa el puesto 33 en la lista de hombres más ricos de
Forbes.
Paul Tudor Jones
El más activo en divisas. El dueño de
Tudor Investment Corporation es uno de los gestores más
activos en el mercado de divisas. Su fondo invierte
mayoritariamente en divisas y acciones estadounidenses. Su
fortuna personal supera los 1.500 millones.
Louis Moore Bacon
Moore Capital Management. Este inversor está
especializado en activos macro como deuda pública, divisas
y riesgos de impago (CDS). Tiene la propiedad más extensa
en Estados Unidos, valorada en más de 125 millones de
euros.
"A pesar de las dificultades que atraviesan los
países meridionales de la zona euro, los malignamente
llamados PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) por la
prensa británica, la divisa europea se postula como un
creciente activo de reserva en el mundo. Son ya muchos los
analistas financieros que han perdido su confianza en el
dólar y apuestan firmemente por el euro como moneda
internacional de referencia"… Los billetes de euro en
circulación superan al dólar (Libertad Digital –
16/2/10)
(Ampliación de información
anterior)
La debilidad del dólar, provocada en gran medida
por la política expansiva de la Reserva Federal (FED)
durante los últimos años, está llevando a
todos los países del mundo a buscar alternativas y
diversificar sus reservas de dinero. Greenspan primero y Bernanke
después encontraron la gallina de los huevos de oro
inflando el crédito barato. Cuando esta burbuja
estalló hace un par de años todo lo que la FED hizo
fue intentar reinflarla expandiendo aún más la
disponibilidad de dólares en los mercados.
A finales del año pasado las reservas de divisas,
el FOREX, eran de 7,5 billones de dólares en todo el
mundo. China es el primer tenedor de dólares del planeta.
El Gobierno de Pekín acumuló dólares hasta
hace dos años en que paró la adquisición de
más billetes verdes. Pero las reservas chinas han
aumentado en este tiempo un 8%, lo que implica que los chinos han
diversificado en otras monedas necesariamente fiduciarias, porque
Pekín dejó de comprar oro cuando superó los
1.000 dólares la onza. Y es aquí donde aparece el
euro, única moneda que, por eliminación, se erige
como sucesora del dólar.
Es en los países desarrollados donde el
dólar más ha notado la presencia del euro. No en
vano, dentro del G7 hay tres países de la zona euro:
Alemania, Francia e Italia. Aún así, las grandes
reservas de Japón y el Reino Unido, que están
nominadas mayoritariamente en dólares, inclinan la balanza
ligeramente hacia el billete verde.
La clave está en China, ya que si se desprendiese
de sus dólares ocasionaría la debacle
económica de los Estados Unidos. Para Washington que los
chinos sigan teniendo el dólar como activo de reserva es
una cuestión estratégica, de seguridad nacional.
Ésa es la razón por la que Estados Unidos sigue
apoyando diplomática y militarmente a Taiwán.
En términos de circulante, el euro ya ha superado
al dólar. No se disponen de datos posteriores a 2008,
cuando se produjo un gran desapalancamiento debido a la crisis.
Con toda seguridad este desapalancamiento ha sido más
pronunciado en los Estados Unidos que en la zona euro por culpa
de las inyecciones continuas de dinero en el sistema por parte
del presidente de la FED, Ben Bernanke.
Hay que indicar que, a pesar de que la masa de billetes
de euro es mayor que la de billetes de dólar,
aproximadamente sólo el 15% de los euros impresos se
utilizan fuera de la zona euro. Los dólares, sin embargo,
son ubicuos. Se estima que entre un 50% y un 70% de todos los
dólares físicos se encuentran fuera de Estados
Unidos.
El petróleo y el resto de materias primas se
venden y facturan básicamente en dólares. El 50%
del comercio mundial se realiza en dólares, pero hay
signos de que el euro va ganando posiciones. Irán por
cuestiones políticas ya factura su petróleo en
euros, y el comercio exterior de la zona euro se realiza
mayoritariamente en la divisa europea.
No hay que olvidar que la zona euro y sus países
adyacentes (en términos agregados) es la primera potencia
económica del mundo por lo que, si esta tendencia se
mantiene, es muy posible que el comercio internacional vaya, poco
a poco, pasándose al euro.
Pero las divisas, aparte de servir para comprar y vender
cosas, tienen una función de almacenamiento de valor.
Aquí el euro se ha beneficiado de un mercado financiero
ajustado a él y comparable con el dólar en
términos de liquidez. Se emiten más bonos
internacionales en euros que en dólares por razones obvias
de depreciación del segundo en los últimos
años.
La moneda europea, además, no sólo es la
oficial en 16 países de la Unión Europea sino que
su influencia se extiende por todo el continente. 12 divisas
europeas y africanas están atadas al euro, y hay cuatro
países que lo han adoptado de manera unilateral. El euro,
que encara un importante desafío tras la crisis de deuda
pública que sufre en estos momentos las economías
del sur de Europa, goza de una excelente salud en el panorama de
divisas internacional.
"Los BRIC (Brasil, Rusia, India y China)
están descontentos con el dólar como moneda de
referencia, pero no consideran que el euro pueda sustituirlo,
sobre todo, por la falta de un mercado de deuda pública
integrado. Ésta es la conclusión a la que ha
llegado un reciente estudio realizado por el Real Instituto
Elcano"… La pugna entre el euro y el dólar vista
desde los países emergentes (Expansión –
17/2/10)
(Ampliación de información
anterior)
Este informe, elaborado por el profesor de la
Universidad de Oxford Brookes Miguel Otero, está centrado
en cómo las élites financieras, sobre todo de
Brasil y China, perciben la rivalidad entre el dólar y el
euro en la lucha por convertirse en la moneda internacional del
sistema. Para ello, el autor, aparte de la labor de
investigación necesaria, ha realizado más de 40
entrevistas al entorno financiero de estos países
emergentes (desde altos funcionarios de los Ministerios de
Finanzas, bancos centrales hasta ejecutivos de banca privada) y
las conclusiones resultan muy interesantes.
No es la primera vez que el dólar está
cuestionado como moneda ancla del sistema económico
mundial. Ya en los años 70 hubo voces en contra de su
hegemonía, con el colapso del sistema Bretton Woods, y
también a mediados de los 80, con su depreciación
frente a otras monedas internacionales de segundo rango como el
yen japonés y el marco alemán. Sin embargo, este
análisis resalta la peculiaridad del momento actual
principalmente por tres razones.
En primer lugar, "el dólar tiene ahora en el euro
una moneda rival con bases económicas suficientes para
contestarle el trono", explica.
En segundo lugar, "los países emergentes, como
China y Brasil, que en los próximos años pueden
hacerle sombra a EEUU como locomotoras de la economía
mundial, no son fieles aliados como lo eran Alemania y
Japón en los años 80", añade.
Y finalmente, "la crisis financiera que estamos
padeciendo hoy se ha generado en Wall Street y no en la periferia
del sistema, como se ha dado en tantas ocasiones en las
últimas décadas", concluye.
Por lo tanto, "no es de extrañar que los BRIC se
sientan con más derecho que nunca para criticar la
posición del dólar como moneda ancla del sistema",
sentencia el informe. De hecho, desde que en marzo de 2008 el
primer ministro chino, Wen Jiabao, cuestionase
públicamente la moneda estadounidense en el congreso
nacional anual del Partido Comunista Chino, altos funcionarios de
los BRIC han aprovechado cualquier oportunidad (en el FMI, el
Banco Mundial o el G-20) para cuestionar el estatus del
dólar.
Un alto ejecutivo de uno de los bancos comerciales
chinos, consultado por el autor del estudio, explica que "la
principal función de la moneda ancla es estabilizar el
sistema". Sin embargo, "el problema viene cuando el ancla empieza
a moverse demasiado y los que están anclados a ella (en
este caso el gobierno chino y los exportadores tanto de China
como de Brasil) empiezan a sacudirse con ella". Esto,
según el entrevistado chino, es "una situación
insostenible y no queda más remedio que buscar mejores
alternativas".
El dólar ya estaba siendo muy volátil
antes de la crisis actual, pero esta volatilidad se ha hecho
mayor después de la bancarrota del banco de
inversión Lehman Brothers en septiembre de 2008. Al
principio el dólar subió repentinamente por la
aversión al riesgo de los inversores (demostrando, por
otra parte, que sigue siendo la moneda que más confianza
ofrece a los inversores), pero una vez que el momento
álgido de la crisis pasó, la moneda estadounidense
ha vuelto a caer en picado frente a otras monedas, explica el
informe.
Muchos de los participantes brasileños, y la gran
mayoría de los entrevistados chinos, hacen referencia al
Dilema de Triffin en relación con la moneda americana.
Según este dilema, el país que emite la moneda
internacional no puede al mismo tiempo ofrecer la necesaria
liquidez al mundo sin, por otra parte, debilitar su
posición en la balanza de pagos. Es decir, la centralidad
del dólar en el sistema hace que EEUU tenga que aumentar
continuamente su déficit. Llega un momento, sin embargo,
en el que este déficit es insostenible y los inversores
pierden confianza en el dólar.
El documento señala que este escenario no
sería malo para EEUU, que así podría
devaluar rápidamente su deuda externa. Pero "sí que
es un problema para China, que tiene 2,4 billones de
dólares en reservas en los cofres de su banco
central".
El gran temor de las elites financieras chinas es que
EEUU reduzca su deuda a través de la inflación
generada por la inyección de enormes cantidades de
dólares, lo que se conoce como Quantitative Easing (QE),
medida puesta en marcha por la FED al llegar los tipos de
interés cercanos a cero. Los chinos, por lo tanto,
reconocen que están en lo que Paul Krugman ha llamado la
"Trampa del Dólar". Pero, ¿puede el euro
convertirse en una alternativa?
Para el autor el euro presenta dos fortalezas claras.
Por un lado, en los últimos diez años ha demostrado
ser una moneda con un tipo de cambio más fuerte y una
inflación más estable que el dólar. Por
otro, la UE es el mayor socio comercial tanto de China como de
Brasil. Entonces, ¿por qué no sustituye al
dólar?
"La idea en sí es atractiva pero su
ejecución es más que improbable", comentan las
elites entrevistadas. Desde el punto de vista de los emergentes,
el gran problema del euro es que no tiene un mercado de deuda
pública común y lo suficientemente líquido
para competir con la deuda pública estadounidense. Un alto
funcionario próximo al Banco Central Chino explica que "si
China empieza a invertir agresivamente en cualquiera de los
mercados de deuda pública europeos, ese mercado se
colapsaría en cuestión de días. El precio de
los bonos se pondría por las nubes y los intereses se
quedarían por los suelos. Los mercados del euro son
simplemente demasiado pequeños para un jugador del calibre
de China".
Sin embargo, muchos de los entrevistados muestran su
decepción por la falta de integración
política de la UE y, sobre todo, la falta de una
estrategia fiscal común. Para el autor, "sólo si se
logra esa integración, que por otra parte
implicaría la creación de un Ministerio de Finanzas
paneuropeo (un paso improbable por el momento por las reticencias
de Alemania) podrá el euro competir con el
dólar".
Los problemas económicos que están
sufriendo los miembros de la zona euro, con Grecia a la cabeza,
están poniendo a prueba a la Unión Europea. Ahora,
que se empiezan a escuchar propuestas de crear un eurobono y se
valora la necesidad de una estrategia única frente a la
crisis, ¿será el momento de dar un paso más
en el proceso de integración europeo?
"El mes pasado, Santander organizó una
recepción en Londres para celebrar el cambio de imagen de
sus 1.300 sucursales en Reino Unido. "Hace tres años, no
hubieran venido ni 30 personas a este acto. Hoy esperamos a 300
autoridades, reguladores y políticos británicos",
decía un directivo del banco
español.
La renovada atención a Santander es una
consecuencia más del tsunami que el sector financiero
británico ha sufrido desde septiembre de 2007, el mes en
que Northern Rock tuvo que pedir ayuda de emergencia al Banco de
Inglaterra para no ir a la quiebra. Desde entonces, cinco bancos
han sido nacionalizados total o parcialmente: el citado Northern
Rock, Royal Bank of Scotland, Lloyds y HBOS (ahora fusionados), y
Bradford & Bingley.
La orgullosa City, que durante dos décadas
fue el motor de la economía de Reino Unido, ha necesitado
un rescate del Gobierno y el Banco de Inglaterra valorado en
800.000 millones de libras (920.000 millones de euros),
según datos de la Oficina Nacional de
Auditoría"… La crisis deja la banca
británica "patas arriba" (Expansión –
21/2/10)
(Ampliación de información
anterior)
Los dos grandes bancos británicos que siguen en
manos privadas (HSBC y Barclays), también acumulan fuertes
pérdidas en algunas de sus divisiones, y sólo han
resistido el embate de la crisis gracias a su
diversificación de negocios y a las ayudas indirectas de
los reguladores.
"El casi colapso de varias entidades ha dañado
seriamente la reputación del sistema financiero de Reino
Unido", asegura Nigel Greenwood, analista de Standard &
Poor"s.
Mientras las entidades británicas luchaban por su
salvación, Santander ha aprovechado para duplicar su
tamaño en las islas. Tras comprar Abbey National en 2004,
el banco español adquirió Alliance & Leicester
y parte de los activos de Bradford & Bingley en
2008.
Los dos grandes bancos británicos que siguen en
manos privadas (HSBC y Barclays), también acumulan fuertes
pérdidas en algunas de sus divisiones, y sólo han
resistido el embate de la crisis gracias a su
diversificación de negocios y a las ayudas indirectas de
los reguladores.
La entidad, que hasta la crisis era una mera comparsa en
el mercado británico, ha pasado a ser la segunda firma de
banca minorista, acaba de implantar la marca Santander en sus
1.300 sucursales y es una referencia para los reguladores que
buscan soluciones a la crisis.
Como prueba de ello, el Parlamento británico ha
pedido a Alfredo Sáenz, consejero delegado de Santander,
que comparezca en la Comisión de Economía de la
Cámara de los Comunes para dar sus ideas sobre el futuro
del sistema financiero.
Reflejo de esa bifurcación de caminos son los
resultados de 2009 que las entidades están presentando
estas semanas. La filial británica de Santander
ganó 1.564 millones de libras el año pasado, un 55%
más. Esta cifra duplica los 612 millones que
alcanzó el negocio minorista de Barclays en Reino Unido,
un 55% menos. Esta semana, se espera que Royal Bank of Scotland
(RBS) y Lloyds anuncien pérdidas de varios miles de
millones de libras.
Un toque de suerte
El ascenso de Santander a los altares de la City,
reconocido por los analistas y los periodistas económicos
más exigentes, puede ser atribuido en parte a la suerte, y
no sólo a su gestión de riesgos o a su
visión estratégica. Entre 2004 y 2007, el banco que
preside Emilio Botín tuvo que dedicarse a limpiar el
balance de Abbey National y reducir costes, perdiendo cuota de
mercado. En el mismo periodo, sus competidores británicos
aprovecharon la entrada masiva de financiación en la City
para expandir de forma acelerada sus créditos a clientes
nacionales e internacionales, y para comprar títulos cada
vez más exóticos.
Como resultado de ese crecimiento, el volumen de los
activos de la banca británica llegó a multiplicar
por cinco el Producto Interior Bruto (PIB) del país. Royal
Bank of Scotland se hizo más grande que la economía
británica.
Todo cambió en el verano de 2007. Primero se
secó el caudal de financiación, provocando la
crisis de Northern Rock (que dependía de los mercados
mayoristas para sostener su negocio, al tener pocos
depósitos de ahorradores) y de Alliance & Leicester.
Luego, el desplome de valor de los títulos ligados al
sector inmobiliario estadounidense y el posterior contagio de la
crisis financiera a la economía real, hicieron aflorar
grandes pérdidas en los activos de los bancos, poniendo
contra la pared a Royal Bank of Scotland y HBOS. La caída
de Lehman Brothers en septiembre de 2008 acabó con la
escasa confianza de los inversores privados y exigió la
intervención de Downing Street y la ola
nacionalizadora.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que los
bancos británicos podrían perder 604.000 millones
de dólares (465.000 millones de euros) entre 2007 y 2010
(un 7,2% de su balance), por el deterioro de sus activos y
créditos. La mitad de esa cifra ya ha sido reconocida en
las cuentas.
Para algunos analistas, lo peor ha pasado. Leigh
Goodwin, de Citigroup, indica que "la recuperación del
sector bancario británico va más rápido de
lo esperado, y la evolución de la economía (Reino
Unido acaba de salir de la recesión) va a contener la
aparición de créditos dudosos".
Otros son más pesimistas. Según Nigel
Greenwood, de Standard & Poor"s, "la deuda doméstica
en Reino Unido es particularmente alta. Las provisiones por
créditos domésticos tocarán techo en 2010 y
seguirán elevadas en 2011. Además, la demanda de
crédito seguirá plana, por lo que la industria
tendrá pocas oportunidades esos dos años para
aumentar sus beneficios y absorber las
pérdidas".
El Banco de Inglaterra, autoridad monetaria de Reino
Unido, avisó el 10 de febrero de que "la posibilidad de
sufrir significativas pérdidas en el mercado inmobiliario
comercial (préstamos a propiedades como oficinas, hoteles,
locales industriales y centros de distribución) es el
riesgo más importante para las entidades". El FMI calcula
que el sector podría perder 39.000 millones de
dólares en ese tipo de créditos.
Los inversores creen que los bancos británicos
resistirán ese último coletazo de la crisis, y sus
acciones han subido desde los mínimos de marzo de 2009.
Pero a medio plazo, el sector afronta varios retos estructurales.
"Uno de los mayores desafíos para la industria es que
reguladores e inversores van a requerir a las entidades que
operen con mayores niveles de capital para absorber
pérdidas", indica el Banco de Inglaterra. Según
Greenwood, "los mayores requisitos de capital y liquidez
limitarán la rentabilidad de los bancos a medio
plazo".
Esos cambios regulatorios no sólo
afectarán a la fortaleza del balance: el Gobierno
británico ya ha empezado a poner nuevos impuestos al
sector y a limitar los bonus.
Otro de los cambios que se están produciendo es
la llegada de nuevos competidores, que quieren aprovechar el
desprestigio de algunas entidades y los huecos dejados por otras.
La cadena de supermercados Tesco, el empresario Richard Branson,
la firma de capital riesgo Blackstone y la entidad extranjera
National Australia Bank quieren crecer de forma orgánica o
mediante adquisiciones en el sector financiero. Leigh Goodwin, de
Citi, cree que "la industria seguirá dominada por cinco
bancos (Lloyds, Santander, Barclays, Royal Bank y HSBC) y los
nuevos entrantes no arañarán mucha cuota de
mercado". Pero sí podrían forzar una rebaja en los
márgenes del sector, indican otros analistas.
La última clave para el futuro de la City es la
evolución de los bancos nacionalizados. El Gobierno quiere
venderlos cuanto antes, pero es posible que no pueda hacerlo en
varios años si quiere recuperar con plusvalías los
117.000 millones de libras invertidos en el capital de RBS,
Lloyds-HBOS, Northern Rock y Bradford. Por el momento, estas
entidades van a vender parte de sus activos por exigencia de la
Comisión Europea, mientras que Downing Street quiere
utilizarlas para impulsar la economía dando más
créditos a sus clientes.
– Temores sobre las operaciones carry trade en
dólares (Expansión – The Financial Times –
24/2/10)
(Por Peter Garnham) Lectura recomendada
El mes pasado, durante el Foro Económico de
Davos, Zhu Min, subgobernador del Banco Popular de China,
habló abiertamente de su mayor temor con respecto a los
mercados financieros en 2010.
"En mi opinión, el mayor riesgo
de este año está en los movimientos especulativos
de carry trade en dólares, que ya ascienden al
billón y medio de dólares, cifra que supera con
creces el récord de Japón",
aseguró.
El temor de Min es que haya un cambio de tendencia, lo
que provocaría una revalorización del dólar,
paralizando la recuperación de los mercados de activos que
ha acompañado a la salida de la economía global de
la crisis financiera. Es una sensación que comparten otros
inversores, sobre todo ahora que el dólar se fortalece,
después de su devaluación durante buena parte del
año pasado.
El dólar se convirtió en la moneda de
financiación cuando los mercados de activos globales
comenzaron a recuperarse a partir de marzo del año pasado.
El fenómeno se produjo por los bajos tipos de
interés de EEUU, que incentivaron la venta de
dólares por parte de los inversores para financiar la
compra de activos más arriesgados que ofrecían
mayor rentabilidad. El resultado fue que, entre el marzo y
diciembre de 2009, el dólar ponderado según la
balanza comercial cayó más de un 17%.
Sin embargo, con la recuperación del
dólar, llegan los temores de un descenso de las
operaciones carry trade. Desde septiembre, la moneda
estadounidense ha aumentado más del 8% en términos
ponderados y la semana pasada se acercó al máximo
de los últimos ocho meses. No obstante, pensar que estamos
ante el final de la era del dólar como divisa de
referencia mundial es prematuro, en opinión de los
analistas.
La primera parte de la recuperación de la divisa
pareció estar relacionada con los ajustes de finales de
año. A principios de 2010 surgieron ciertos imprevistos
que ayudaron a ampliar las ganancias del dólar. En primer
lugar, a principios de enero, China respondió a una
explosión de préstamos bancarios permitiendo el
aumento de las tasas de interés de bonos del tesoro y los
requisitos de las reservas bancarias. Esto despertó una
oleada de beneficios derivados de las materias primas y en los
fondos de renta variable emergente lo que, a su vez,
propició la recompra de dólares.
En segundo lugar, al conocerse la grave situación
de Grecia, se llegó a cuestionar la viabilidad de la
Unión Monetaria Europea y del euro. La situación ha
propiciado de nuevo una revalorización del dólar.
La semana pasada, después de que la Reserva Federal
anunciara que elevaba su tasa de descuento, la tasa a la que
presta a los bancos, aumentaron los temores de que EEUU aplicara
una subida de tipos de interés antes de lo
esperado.
En realidad, la medición del carry trade no es,
ni mucho menos, una ciencia exacta. Incluso la
preocupación de China sobre el tamaño de las
operaciones de carry trade en dólares y del consiguiente
repunte del dólar, ha de analizarse en el contexto de su
propia política monetaria.
Después de las presiones de sus socios
comerciales para que China desvincule su moneda del dólar
y revalorice el renminbi, no sorprendería que la potencia
asiática anunciara un descenso de sus actividades de carry
trade. Marc Chandler, de Brown Brothers Harriman, cree que hay
indicios de que los inversores están cambiando
posiciones.
En primer lugar, según los datos del Chicago
Mercantile Exchange, que suele marcar la actividad de los hedge
fund, los especuladores han reducido sus apuestas bajistas contra
el dólar, aumentando sus posiciones cortas en euros. En
segundo lugar, los fondos de renta variable de los mercados
emergentes se han visto afectados por los temores sobre un
posible ajuste de las políticas monetarias de China,
Brasil e India.
No obstante, Chandler opina que, a más largo
plazo, el mercado no parece haber cambiado sus posiciones de
carry trade de forma significativa; al parecer, la reciente
recuperación del dólar es más bien producto
de lo que ocurre fuera de EEUU. En su opinión, "aunque los
especuladores del mercado de futuros hayan recortado sus
posiciones cortas en dólares, creemos que los inversores a
medio y largo plazo actúan con más calma a la hora
de modificar sus posiciones".
Los analistas creen que es poco probable que el
dólar acabe perdiendo su estatus de moneda de
financiación, a pesar de la decisión de la Reserva
Federal de aumentar su tasa de descuento. En este sentido, la Fed
está haciendo todo lo posible por explicar que la medida
no implica que EEUU vaya a comenzar a aumentar sus tipos de
interés. El Banco Central insiste en que estos
podrían permanecer bajos durante un tiempo.
"Financial Times reseña que el diferencial
entre los intereses que deben pagar Gran Bretaña y
Alemania ha aumentado de 0,35 a 0,90 puntos. Los intereses que
debe abonar Gran Bretaña a quienes invierten en su deuda
pública son sólo algo inferiores a los de
Portugal"… Los inversores no confían en la "triple
A" de la deuda británica (Negocios.es –
1/3/10)
(Ampliación de información
anterior)
Los inversores parecen desconfiar ya de la
calificación de triple A para la deuda pública
soberana del Reino Unido, según informa el diario
Financial Times. Desde finales de noviembre, señala el
periódico, ha aumentado de 0,35 a 0,90 puntos la
diferencia entre los intereses que deben pagar Gran
Bretaña y Alemania a quienes han invertido en sus
títulos de la deuda con vencimiento a diez
años.
Los intereses que debe pagar el Reino Unido a los
titulares de sus "gilts" están por encima de los que paga
Italia por primera vez desde mediados del año
2008.
El Reino Unido tiene que pagar mucho más por el
dinero que consigue en los mercados de capitales que otros
países que tienen también la máxima
calificación crediticia – AAA- como Alemania, Francia o
Estados Unidos.
Sólo por encima de Portugal
Los intereses que debe abonar Gran Bretaña a
quienes invierten en su deuda pública son sólo algo
inferiores a los de Portugal, la economía más
débil de la zona del euro después de la
griega.
El ministerio de Economía insiste en que no se va
a bajar, sin embargo, la calificación crediticia del
país cuando hay unas elecciones generales previstas para
dentro de un par de meses.
Sin embargo, es bien sabido que los movimientos del
mercado preceden muchas veces a una eventual rebaja de
calificación por las agencias especializadas.
Si bien Standard & Poor's, Fitch y Moody's han
indicado que no tienen prisa para recalificar a la baja la deuda
soberana británica, las tres agencias han dejado claro que
el Reino Unido tiene que tomar medidas urgentes para evitar esa
posibilidad.
Según el periódico, hay varias razones por
las que Gran Bretaña ha logrado mantener hasta ahora su
máxima calificación crediticia pese a la
desconfianza de los mercados. La principal es que la deuda
pública soberana de este país tiene un vencimiento
mucho más largo que la de otros países.
Así, por ejemplo, Alemania tiene que refinanciar
anualmente más o menos uno de cada seis euros de deuda
pública mientras que Gran Bretaña tiene que
refinanciar sólo una de cada catorce libras.
Eso significa que cuando se produce un incremento de los
tipos de interés, los costos del servicio de la deuda
británica aumentan más lentamente que en otros
países.
La carga que supone el servicio de la deuda en
relación con sus ingresos fiscales es también
inferior a la de otros países europeos con menor
calificación crediticia y la magnitud de la deuda
pública británica está alineada con la de
otras economías calificadas asimismo como triple
A.
Medios de información financiera tan destacados
como "The Wall Street Journal" y Bloomberg coinciden en lanzar
sendos mensajes de alerta sobe la evolución de la divisa
británica. El resultado en el mercado de divisas es un
desplome del 2% frente al dólar, hasta perder justo los
1,50, sus cotas más bajas en 10 meses.
Los dos medios estadounidenses comparten también
una idea de fondo. En ambos casos se plantea la posibilidad de
que Reino Unido (y no sólo España o Portugal, como
se ha comentado en las últimas semanas) se convierta en la
"próxima Grecia".
Desde Bloomberg citan a analistas de banca privada en
Escocia que no descartan un desplome de entre el 20% y el 30% en
la cotización de la divisa británica. La
emisión a ritmo récord de deuda pública por
parte del Gobierno británico, y las dudas sobre su elevado
endeudamiento, fomentan este pesimismo.
La caída de la libra a mínimos de diez
meses frente al dólar ha coincidido además con un
nuevo cambio de giro en la política monetaria del Banco de
Inglaterra. Después de congelar su multimillonario
programa de compra de activos, una vez alcanzados los 200.000
millones de libras, las dudas sobre la recuperación de la
economía británica han llevado en las
últimas fechas a los responsables de Banco de Inglaterra a
matizar su posición, y a abrir la puerta a una
reactivación de este programa.
La delicada situación económica del Reino
Unido se ve agravada por el contexto político. A medida
que se acercan las elecciones, crece la incertidumbre sobre la
composición, y el apoyo, del próximo
Gobierno.
Esta incertidumbre política, junto a la
política monetaria del Banco de Inglaterra y a la
debilidad de la recuperación de su economía son
precisamente los tres factores que argumenta "The Wall Street
Journal" en un análisis sobre la "crisis de la
libra".
Los inversores internacionales acaparan cerca de la
mitad de la deuda emitida por Reino Unido, según datos de
RAB Capital recogidos por el diario estadounidense. Y en los
últimos tiempos, el mercado británico no ha podido
ni siquiera rivalizar frente a otros grandes mercados, como
Estados Unidos, Japón o incluso Alemania, en la
percepción de menor riesgo.
La libra se ha convertido en una "divisa muy
vulnerable", destaca Bruce Stout, uno de los gestores de fondos
citados por Bloomberg. El riesgo de un desplome, añade, es
"mayor que nunca", al tiempo que puntualiza que los activos que
gestiona están centrados fuera del mercado
británico, preferentemente en emergentes.
– ¿Ha llegado el fin de la hegemonía del
dólar? (Libertad Digital – 1/3/10)
La reciente recuperación de la divisa
estadounidense ha frenado las advertencias del fin del billete
verde como moneda internacional. Su estabilidad es necesaria para
cualquier economía.
(Por Prelum) Lectura recomendada
¿Estaba muerto o sólo
inmerso en un largo y profundo letargo? Nos referimos al
dólar, por supuesto. Una moneda que en las últimas
dos semanas ha roto con los vaticinios más agoreros contra
su hegemonía internacional. La moneda estadounidense ha
recuperado posiciones respecto al euro a una velocidad mucho
más rápida de lo que cabía esperar. De
hecho, más que hablar de la fortaleza de una u otra
divisa, tal vez habría que explicar cómo la
debilidad de una impulsa a sus contrarias.
Porque lo que ahora está
ocurriendo es que el euro ha perdido fuelle y credibilidad entre
los inversores extranjeros, preocupados por unas señales
más que evidentes de fatiga en algunas economías de
la unión monetaria. El cambio entre ambas divisas de
referencia se sitúa actualmente cerca de las 1,45 unidades
a favor de la moneda europea, cuando hace sólo dos semanas
la proporción era de 1,50 dólares por cada
euro.
No hace tanto de eso, pero las
perspectivas en el mercado de divisas han cambiado radicalmente.
Claro que entre medias Grecia ha registrado la primera rebaja de
rating de un país europeo por debajo de "A" y
España ha sufrido un duro informe por parte de
Standard&Poor"s en el que se advierte de un posible recorte
de su calificación crediticia si no se toman medidas
estructurales.
Muchos factores
Por detrás de cualquier oscilación en el
mercado de divisas hay una larga lista de factores que influyen
en él, desde la pura especulación hasta las
perspectivas de crecimiento en una determinada región.
Así que antes de explicar porqué el dólar
empieza a recuperarse, habría que dar primero con las
causas de su desplome previo.
Desde comienzos de 2009 la economía
estadounidense apuntaba a una recuperación más
sólida que la europea. Así lo justificaban los
datos de producción industrial, PIB y confianza de los
consumidores, entre otros. Sin embargo, la realidad
resultó ser más complicada al otro lado del
Atlántico después del verano. La Reserva Federal
(Fed) advirtió de que la recuperación sería
más lenta de lo esperado y los datos del desempleo
mantenían aún retrasado el consumo, principal motor
de su economía.
Mientras la economía se mantenga
débil, la Fed no subirá los tipos de
interés, y esa expectativa es la que provocó el
desplome del dólar. Los inversores llegaron a pensar que
EEUU mantendría el precio del dinero más bajo que
el BCE en 2010, por lo que el dólar cayó con fuerza
respecto a la moneda comunitaria.
Esto responde a la estrategia de
inversión denominada carry trade, según la cual un
inversor acude a financiarse a una economía con los tipos
muy bajos (moneda de financiación, es decir, el
dólar en este caso) e invierte ese préstamo en
zonas geográficas con mayor remuneración (moneda de
inversión).
O sea, que los flujos de dinero
acudían a financiarse a EEUU e invertían en Europa,
ante la expectativa de que los tipos de interés subieran
antes y, por tanto, hubiese mayor remuneración en activos
como la renta fija o productos monetarios. Dicha práctica
ayudaba a revalorizar cada vez más el euro en contra de un
dólar más débil que nunca.
Otro aspecto que ha contribuido a hundir al dólar
en la segunda mitad de 2009 ha sido su supuesta pérdida de
credibilidad internacional. El debate comenzó cuando los
países emergentes, especialmente los asiáticos,
empezaron a desprenderse de la divisa estadounidense para
denominar sus reservas en otras monedas, como el yuan
chino.
En aquel momento el gurú Nouriel
Roubini, prestigioso economista que vaticinó la crisis
subprime, se apuntó a las teorías negacionistas del
dólar, alegando que lo que convierte a una moneda en
referencia mundial es el flujo entre acreedores y deudores a
nivel internacional, una situación que está cayendo
ahora con respecto a las operaciones referenciadas a otras
divisas.
Sin embargo, esas teorías parecen haber
caído por su propio peso en cuestión de semanas.
Recientemente Jesús Sánchez Quiñones,
director general de Renta 4, declaró en un artículo
que "el dólar sigue siendo la moneda refugio en momentos
de incertidumbre. Adicionalmente, las operaciones de carry trade
(financiación en dólares para invertir en otras
divisas con mayores tipos de interés) puede provocar una
exacerbación de los movimientos de recuperación del
dólar en caso de turbulencias en los mercados".
En otras palabras, lo que este experto estaba diciendo
era que las inversiones en dólares en 2010 actuarán
como cobertura de las posiciones en mercados de renta fija y
renta variable: si los mercados corrigen, el dólar se
recuperará.
Intereses comunes
La hegemonía del dólar como moneda de
referencia internacional comenzó en los acuerdos de
Bretton Woods en 1944, cuando se decidió dar estabilidad a
las operaciones comerciales con un tipo de cambio estable basado
en el dominio del dólar. Para ello, se estableció
un patrón oro-dólar por el que una onza
debía mantenerse en el precio fijo de 35 billetes verdes.
Eso hacía estable a la moneda estadounidense, sobre la que
fluctuaban el resto de divisas internacionales.
Aún cuando el oro dejó de ser un
patrón de cambio, el dólar continuó siendo
la moneda de referencia sobre la que se denominaban las
operaciones comerciales y financieras internacionales. Y
así sigue siendo por interés no sólo de
EEUU, sino del resto de países.
Recientemente, con la caída del dólar,
algunos bancos centrales asiáticos tuvieron que acudir al
mercado a comprar esta moneda para contener su desplome. El
motivo es que una sobrevaloración de sus divisas respecto
a la estadounidense perjudica las exportaciones y por tanto la
competitividad de estas economías. Lo mismo que le ocurre
a los países europeos, como advirtió recientemente
Jean-Claude Trichet: "Un dólar fuerte es interés de
toda la comunidad internacional, no sólo de
EEUU".
¿Y qué hay de España? La
caída del dólar le ha permitido abaratar la factura
energética, pero a su vez ha restado competitividad a sus
exportaciones. José Carlos Díez, de Intermoney,
sostiene que un cambio equilibrado y bueno para los intereses
europeos rondaría los 1,30 dólares por cada
euro.
El peso emergente
El dólar ha perdido protagonismo en el segundo
semestre del año en parte por la política
financiera de los países emergentes. Sus bancos centrales
han ido reduciendo su exposición a esta divisa frente a
otras monedas de mayor pujanza internacional, como el yuan chino
o la rupia india. La venta de dólares en el mercado
llegó a tumbar su cotización frente a una cesta de
las diez principales divisas internacionales, entre las que se
encuentran estas dos citadas.
Sin embargo, los emergentes han tenido que recular ante
la caída mayor de lo esperada del dólar. Si esta
moneda cae mucho, las exportaciones de su economía se
encarecen respecto a los productos fabricados en dólares.
Por eso han tenido que lanzar órdenes conjuntas de compra
de dólares para contener su precio. Brasil optó
además por penalizar fiscalmente las inversiones
extranjeras en su país con la finalidad de contener la
apreciación del real y evitar así que se perjudique
a su sector exterior. Esta práctica evidencia la necesidad
de todas las economías de que el dólar se mantenga
estable. Incluso el BCE está dispuesto a comprar
dólares si fuera necesario.
Factores de debilidad
1. Tipos de interés. Las divisas fluctúan
en gran medida en función de las expectativas de
política monetaria. Si los tipos de interés suben,
la moneda de esa región subirá, ya que la hace
más atractiva para recibir el flujo de inversiones
financiadas en países con tipos más bajos. Es lo
que se denomina carry trade.
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